EL FRUTO
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Muy recientemente camine hasta el centro de un campo sembrado de algodón, y desde allÃ, pensé en la humanidad…
Al mirar, vi las maravillas de su energÃa colectiva, el crecimiento orgánico, flor y fruto.
Igual que en los seres humanos, encontré variaciones individuales en estas plantas; cada una con sus particularidades muy singulares pero todas con necesidad de los elementos ambientales adecuados que aseguran un crecimiento sano y próspero. Más importante aún, todas necesitando cuidado,amor y luz.
Vi a cada una desarrollarse de acuerdo a su naturaleza y a su propia metamorfosis,
Cada planta producÃa una hoja aquà y una hoja allá, balanceando adecuadamente su crecimiento propio, igual que nosotros en busca de equilibrio mientras que establecemos y realizamos nuestra vida individual. Dentro de ese proceso, producimos y ofrecemos nuestra flor y fruto.
De la misma manera en que le pedimos a un campo que crezca y que produzca su cosecha, igualmente esperamos y pedimos de nosotros el aprender y el crecer.
Respondiendo a nuestras propias expectativas, feliz y responsablemente ofrecemos el fruto de nuestros esfuerzos como parte del resultado de nuestra jornada en ésta vida.
Esa es nuestra naturaleza humana.
El proceso y sus resultados representan La Cosecha.
Su calibre deriva de las virtudes, desarrollo y crecimiento individual.
La belleza colectiva del campo humano es una maravilla de maravillas…
Muy recientemente camine hasta el centro de un campo de algodón, y en su esplendor pensé en nosotros.
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Orlando Agudelo Botero